miércoles, 7 de diciembre de 2016

Sobre los artículos científicos




La redacción de documentos científicos se pierde en la antigüedad, aunque no con las especificaciones y metodologías actuales, pero ya existían desde el antiguo egipcio o desde el imperio chino. Sin embargo, cuantos se habrán perdido por causa de las guerras, saqueos, desastres naturales e incomprensiones de otros hombres. 

Ya en nuestros tiempos se vuelve de suma importancia participar en eventos, conferencias, seminarios, realizar publicaciones, fundamentalmente en revistas (papers). A esto se le ha dado a llamar «¡Publica o muere!,(o no existes)», lo que expresa claramente la necesidad que tiene un científico para poder ver reconocida su investigación y continuar con ella.

En otro aspecto la metodología, aunque un poco rígida, para la elaboración de artículos científicos, facilita la redacción de estos. La mayoría de los investigadores en las ramas de las ciencias exactas no son dados a adornar los documentos con palabras rebuscadas o metáforas. Muy por el contrario de los de las ciencias sociales, donde escribir un artículo, o una tesis, ponencia, etc. se vuelve casi una obra literaria. La redacción de un documento científico debe tener implícito el concepto de comunicación donde existe un transmisor y un receptor y ambos hablar el mismo idioma, a la misma velocidad con los mismos símbolos, tiene una finalidad bien clara: comunicar nuevos descubrimientos científicos. Las palabras deben ser tan claras, sencillas y ordenadas como sea posible.



Sin embargo al igual que con el desarrollo económico de los países donde existe unos más desarrollados que otros, el número, calidad y ranking de publicaciones científicas presenta gran variabilidad de un país a otro. Así Estados Unidos o China se encargan de encabezar las listas mundiales, dada su mayor cantidad de científicos trabajando en universidades y centros de investigación, concentrándose la gran mayoría de las publicaciones en países desarrollados, limitando el acceso a las publicaciones de los investigadores del resto de los países.

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